viernes, 25 de septiembre de 2009

...Dejó de escribirle.

Bob no aguantó más. No podía creérselo. Niño perdido, desorientado. Dijo para sí: "Dejo de escribirte. Dejo de escribirte, porque cada letra nueva que te doy son como venas que siguen conectándose contigo y se acabó, no puedo conectarme contigo. Me estoy inyectando, queriendo, veneno al que soy adicto"...

El mar viene y se va, removiendo las partículas de arena, cada grano de concha erosionada con tanto vaivén. Que me lleve, y que no me devuelva en mucho tiempo. Hastiado de una misma playa, el cangrejo busca otra orilla, más allá.
Las puertas están cerradas.
Claustrofobia emocional.
Sí, sí, aquí. Fuera de aquí, no volver más.
¿Te arrepentirás?
Vuela, vuela, tu sabes volar, no pierdas el avión que de ver tan harto estás.
Soñar, dibujar, volar....realidad.

"Vamos, vamos.
¿Crees que puedes llevarme a la locura?
Vamos, vamos.
¿Tú y su ejército?
Tú y tus compinches.
Vamos, vamos
Santo Imperio Romano,
Vamos si lo crees
Vamos si lo crees.
Usted puede hacerse cargo de nosotros
Usted puede encargarse de nosotros.

¿Tú y su ejército?
Tú y tus compinches...

Olvidas tan rápido...
Cabalgaremos esta noche
Ginetes Fantasmas."

(Thom Yorke "You and Whose Army")


(28 de Abril, 2009)

domingo, 20 de septiembre de 2009

Leí en otro blog hace unos minutos que los días soleados se reflejan en la cabeza: piensas con más lucidez, las ideas las ves con más claridad y te despejas. Hoy es domingo 20 de septiembre y decidí tras leer esos párrafos y pensar sobre mi futuro próximo.


Pienso en este verano que, como los ingleses llaman plain (plano), ha sido monótono, pero me ha llevado a nuevas conclusiones que a veces me inquietan como si no fueran conmigo. Tras este año (hablo de septiembre a septiembre) la verdad es que quiero que todo sea nuevo, que todo me sorprenda. Claro que eso es un decir. Un poco de todo, termino medio, etc…


Como una ventana que refleja otra parte de un edificio que no conoces, así veo yo este septiembre. La ventana de un futuro, aunque algo impreciso… pero que en cierta manera me atrae y me pone nervioso con esas típicas mariposillas en el estómago. No tengo ni idea si para bien o para mal, pero la necesidad de vivir, de cambiar de rumbo, de dejar en la habitación aquello que no debo de llevar en la mochila de viaje es constante. La necesidad de actuar y no de esperar –salvo cuando sea necesario aguardar.


De fondo escucho “The Nest” de José González y aunque no venga muy a cuento la letra, la música me provoca una sensación de calidez y apaciguamiento, a la vez que me impulsa a llorar de felicidad por todo lo que se cruce. Le sigue “Fold” y es mas nostálgico. Me acuerdo de aquellas personas de la infancia que ya por diversas razones viven solo en el recuerdo, y también a aquellas que están lejos dando nuevos pasos y descubriéndose a sí mismas. Mi oportunidad, creo, va a llegar este año y sin salir de la ciudad. No es lo mismo que estar en una ciudad frente a un mundo que se presenta nuevo, pero cada vez hay menos gente aquí, y más nueva por conocer; estoy en cierta manera mas solo conmigo mismo.


Please don't let me down this time.
I've come a long way to just fold back into line.

Keep both feet on the ground
while I change the wings.

I promise one day I'll be coming around
from my cloud to see what it's all about.


(Por favor, no me dejes abajo esta vez.
He recorrido un largo camino sólo para volver al principio.

Mantén ambos pies en la tierra
mientras cambio las alas.

Te prometo que un día estaré cerca
desde mi nube para ver de qué va todo esto.)

domingo, 13 de septiembre de 2009

Mudanzas

Llega un momento en que la cerveza se acaba, el bar cierra, el verano se acaba, el sol se aparta en pos de la luna. Un día vas a la playa, el otro a la montaña, o a la ciudad, o al pueblo de al lado, o te cansas de ese pub, o de andar por el mismo camino cuando vas a trabajar...


Hay momentos en que empaquetas, y haces mudanzas. Toda película comienza, y termina, y le siguen otras que ponen en tu canal preferido -además de tv-basura que no viene al cuento-.


Abres una ventana hacia la ladera o el bosque que no notaste cuando llegastes a tu casa. O abres otra y ves una playa de cala ancha, azul turquesa y caliza salada. ¿Lo ves? Empaqueto, cierro la ventana, y busco otra. Esta historia terminó, si es que se le puede llamar historia porque la historia, tal y como la vemos está en nuestra cabeza... y a veces, sólo existe como tal en nuestra sesera.


Se acabó, fin del capítulo, de la habitación, de las ventanas que se podían y que no se podían abrir... Hoy y mañana empaqueto, guardo tu rastro y lo almaceno en la funda más bonita que tengo, para que cuando la vea, me recuerde todo lo que tú eras para mí.


¿No lo ves? Te lo digo con el significado más pleno que tiene esta palabra: Gracias, sinceramente gracias, y hasta luego.


(7 de Mayo, 2009)

miércoles, 9 de septiembre de 2009

Reflexiones I

A unos les sonríe la vida en cada esquina que dobla. A otros, les llega tarde porque la risa habla con los primeros.
Los que aún abren puertas, recorren pasillos, y no dan con habitaciones, que no desesperen. Pues no es que no den con habitaciones, sino que no han llegado a la habitación que están buscando. No sería atrevido que algunos, centrados en otra habitación, se saltan la que andan buscando o pasan sin darse cuenta.


El guerrero que explora el bosque no se centra sólo en si hay enemigos o no. El guerrero mira cada rama, cada árbol, cada roca que arbitrariamente aparece por los senderos. El guerrero no solo ve el verde de las hojas, también los marrones y ocres, y los amarillos y granates de la hojarasca.
Un guerrero es un guerrero, y no un ignorante.


"Centrarse sólo en el final hace inperceptible lo maravilloso del camino"
Si esos otros se obcecan en buscar la sonrisa, no la obtendrán; sólo si son capaces de verla allí donde no la hay.

jueves, 3 de septiembre de 2009

Lazos espirituales

...Había perdido la cuenta de los años que

pasaron desde que se conocieron…


Mentira, no la había perdido. A veces hacía un cálculo rápido, como para comprobar si erraba en uno arriba o uno abajo, pero sabía perfectamente que aquel verano le cambió la vida, y que en aquella ciudad conoció a gente importantísima en su vida. Ella fue la primera de éstas en cruzarse.

En aquel entonces, comenzaron su ‘hermandad’. Cuando él se sentía solo, amargado, tenía problemas… no podía dormir por algo que no viene al caso; o al contrario: algo feliz y excitante que le hubiera pasado – allí estaba ella para escucharle, y con su mano acariciar su corazón a más de 260 kilómetros de distancia. Viceversa. Él hacía lo mismo. At the moment, it’s the same. Nothing has changed.

Ella lloró en su hombro, cerca o lejos; ella sabe que siempre habrá un tupido campo en el que tumbarse cuando las cosas no vayan bien. “Túmbate. Respira. Siente el frescor de la hierba fresca bajo tu cuerpo, que traspasa tu blusa, mientras cierras los ojos que miran bajo los párpados a ese cielo azul con trazos ligeros de nubes muy altas… Luz y placidez acogedora que liberan. Distancia suficiente para nutrir el alma y subir un poco más el monte”.

Él también lloró en su hombro, cerca o lejos. Usuales reveses en su vida, involuntarios muchos, otros pocos… por no saltar a la primera, sin pensar demasiado. Pero ella siempre está cerca. Él también está a su vera.

Para él, era una revelación. Con ella no se sentía cohibido, al contrario, se sentía libre, lúcido, alegre, tranquilo, y entusiasmado, y ¿por qué no? Vivo. Las ataduras de los prejuicios, los argumentos viciados del estrés de la urbe, sus falsas limitaciones donde el seso le gana haciendo trampas a las partidas de ajedrez. El canto del Cisne es una mentira hecha arte, la tristeza es sólo un juego del cine para aumentar la felicidad al final del drama, el hambre es un problema de fácil solución. ¿La desidia y la depresión? algo escrito en lengua indescifrable. Todo, cuando coincidian en alguna geografía.

¿Cómo es posible que dos amigos tan íntimos pudieran existir?. Podría verlo como algo imposible o algo bastante fuera de lo común, pero lo cierto es que existía y su relación era perfecta.

Tras visitarla, volvió con lágrimas en el rostro, girando la cara contra el cristal del autobús donde se perfilaba la silueta de la ciudad que se aleja. No lloraba desde hacía más de 1 año. Sólo cuando se despide de gente que habitan en su corazón. Ella es una de las que tiene una buena porción cardíaca…

Pero la duda de si ahora, la parcela que ella ocupaba resultaba ser más grande de lo que pensaba, no paraba de rondarle por la cabeza. Él solo habla por sí mismo: “Creo negar lo que siento ahora, pero hermanos, hermanos son, aunque no sean de sangre. La parcela dejará de inflamarse y la vereda volverá a la forma que siempre tuvo, que me ha hecho feliz”.


Mejores amigos a la octava potencia. El no tenía novia, ella sí. Su relación seguía igual, pero él dudaba de sus sentimientos. Optará por el silencio. Lo que no sale, dentro queda. ¿Cobarde? No es un cobarde. ¿Otra vez sin atreverse a dar un paso? No. Eso es falso. A veces la gente se olvida de pensar las cosas. Otras cosas no merecen ser pensadas, pero esta vez, no iba a tirar por la borda 8 años de la mejor amistad que uno pudiera imaginar.

Y ¿qué importaba ese paso? Tras tantos pasos, la vista es maravillosa y no se va. Era una foto viva, que no quería perder. La pregunta que viene a tu cerebro es ¿pero qué está pensando?, ¡no lo sabrá hasta que lo intente!. Esta vez, ¿hará una excepción?. Sí…


Lazos, lazos tan fuertes e indestructibles, donde una mirada habla por si sola, donde a un gesto de cariño no es antecedido de 'es o no correcto'. El brazo por la cintura, cojerse de la mano, sin importar quién vea, quién opine, lo que opinen y lo que suceda. Lazos espirituales, más profundos que la carne roja y fértil, latido emocional.


Emoción; supracarnal - "Lazos espirituales" (2/9/2009)