martes, 27 de abril de 2010

illoinización

Hacía meses que no tenía un momento en el que empatizara con Stendhal. Hoy me he puesto ese disco, ese que conocí a través de la pista que un día me distes.

Es bellísimo. Hoy me ha llegado desde el Reino Unido ese disco de 2005. Pensé que la funda sería más vintage, de cartón, más alternativo, y no del común plástico entre todos los mortales discos. Lo pongo en la pletina, volumen al 9, me siento a mirar por la ventana: nubes como volutas de humo, una luz que ya está cayendo (son las siete y media de la tarde), y apenas hoy los niños hacen ruido en los toboganes y en los muelles – será el calor, digo yo…

Sufjan. Ese hombre es único. "Welcome to Illinoise" reza el título. "Bienvenidos a donde sea" o al 'illinoizador'. Las letras, sinceramente, me dan igual, al menos de momento. Recuerdo que leí una de ellas de una canción que me encantó, y sinceramente fue un fiasco. O no la entendí, o realmente la letra no tiene nada de importante. Sea como fuere, me quedo con esa sensación, como si en verano te rociasen colonia fría con un spray. Olor y placer, a la vez que por dentro se mueve todo, y no buscas respuestas. No buscas respuestas porque te bloquea, porque el cielo cambia de color a cada instante, porque la nariz deja de oler y solo respira fuerte y rápidamente, auxiliando e instando a los pulmones a que no paren, a que no se detengan, por favor. Durante 3 segundos buscas algo a lo que agarrarte, algún apoyo para sentarte, aunque estés sentado, algo que resulte familiar y no te haga sentir perdido, teletrasportado o desaparecido. Igual encuentras algo, pero no lo reconoces.

Esas guitarras, que parecen tontorronas, comunes, corrientes, de ayer y de hoy, no suenan como ayer o como hoy o como un mañana. Sino como un nunca y un siempre a la vez. Un sueño y una realidad, un y un no que al fin se concilian sin perder identidad. Lo mismo con ese cuarteto de cuerdas, esa trompeta, ese bajo eléctrico, esos pianos algo destemplados…

Y es que ahora eso no está. Lo recuerdo como un pasado. Para mí la música es el vehículo por el que se expresan sentimientos. ¿Romántico? Sí, lo es, y lo soy. Me encanta sugerir cosas a la gente con esas notas que yo diseño. Antes era como mi diario personal, ahora lo son pero de mi psyché, y además, practico la alquimia de emociones que el cine conlleva. Pero al menos no he perdido esa esencia de emociones sugeridas, unión entre mi vida y lo que la música me dice. Mi “banda sonora”…

Ahora esas músicas que he descubierto de tu mano suenan filtradas por una gramola antigua, de sonido blando, calido y ambiente denso de café francés (luces calidas y apagadas, naranjas, rojos, que tornan al negro nocturno), y algún siseo polvoriento, testigos del paso del tiempo.

Mi camino hacia Chicago, Illinois no dista mucho en el tiempo, me falta poco para oler esas tierras.




“Sea una ‘L’, asida a una Ballesta, Tenida por Eros,

apuntando, sin dorMir, al Mar”





[[foto de Sufjan Stevens por Denny Renshaw, para Asthmatic Kitty Records]]

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