sábado, 22 de mayo de 2010

Carta imaginaria al falso anónimo

(12 de Mayo de 2010, revisión el 13/5;  Coda: 22/5)

Dedicado a CaleX,
que reclamó la desaparición de la carta.


Olvida por un momento la ciencia de las palabras.
Olvida la evolución humana y la especie y todo eso que sobra ahora mismo.

Al leer ésto:
“Mucho más difícil, encontrar a personas que se "atrevan" a iniciar la comunicación contigo”
y pensar:
Mucha gente habla conmigo, de lo que sea. No lo entiendo, ¿no será que no te atreves?
revela mi error. Te confundí con otro.
Eso derrite mi patina protectora: aún sigo en el fango.

Mis historias no me las creo. Las escribo como una forma de quitarme la metralla de tu impacto. Ahora están cerrando heridas. Sin querer o queriendo explotaste esa bomba (sin quererlo, apuesto, pero la explotaste). No hace falta que adivines que he estado muy enamorado de ti, y ahora aún quedan, como ya he dicho, restos del estallido.

¿Sabes? Lo más interesante de todo, es que te entiendo, te oí y cedí todo lo que tengo, y te comprendí. Entiendo –de verdad- cómo has estado estos años, pero eso no te exime de tus actos. Aunque no me creas, te entendí y te entiendo, y siento en el fondo lo mal que lo has pasado. Pero, seamos sinceros: eso no te exculpa de todo esto.

¿Te duele? ¿Te sientes culpable? Lo siento, yo también me siento dolido.

No soy egoísta. Mi mundo, como sabes, está lleno de muchas podredumbres y no me recuperaré tan rápido como otros –lo sé-, pero sí lo haré mejor.

Con el estrés, y este barullo de vida, todo se ve turbio, desenfocado. NO quiero verlo distorsionado.
Y lo peor de todo, es que te entiendo. Para bien y para mal, ambos somos muy sensibles.
Lo siento por ti, pero ahora mismo me quedo aquí, mis heridas estoy lamiendo.

Pongamos signos de puntuación; pasemos página. Capítulo nuevo.
¡Pero qué pesa esa última página...!
Ya queda poco, y de lo poco que queda, dando paso al apaciguador silencio,
voy a terminar por solventar uno de los últimos puntos:
escribir de ti.

[...]

Ya no escribo de tí, sino de mí;
       como bien reza el título es una carta imaginaria, a un falso anónimo, a un anónimo que no existe, ni en nombre ni en anonimato. Sólo he tomado una voluta del humo que sueltan experiencias de la vida (mi vida) y he reconstruido un cigarro surrealista, sin filtro, sin tabaco, sin más contenido que la negrura hecha virutas.  Sólo esa voluta es cercana a esa vida que es el cigarro que se consume. Muchas frases reales para una realidad desfigurada. No hace justicia a la realidad, aunque inspire rebeldía y esencia del pasado.
 Es fácil de entender, no hay más que hablar.
¿Una imagen clara?: El morado mortecino ha dado paso al blanco virginal.


LA REALIDAD NUNCA ES JUSTA - ES LA QUE ES.
TODOS LLORAN, TODOS AMAN, TODOS RIEN, TODOS AÑORAN,
CASI SIEMPRE SIN JUSTICIA.
No es justo que escriba ésto, pensarás. No te lo tomes en serio, tan en serio;
pero tampoco caigas en el pozo de la relatividad.
LA RELATIVIDAD SOLO LLEVA A ESQUIVAR LA REALIDAD.
Y LA REALIDAD NO SE ESQUIVA,
TE SUCCIONA Y TE ATRAPA.

1 comentarios:

CaleX dijo...

Gracias hermano, ahora la leeré, no he podido evitar darte las gracias antes de tiempo jeje. un abrazo!

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Todo comentario y/o reflexión será bienvenida. Ahora bien, yo no te he insultado y te respeto. Espero que sea recíproco. Muchas gracias.