domingo, 9 de mayo de 2010

Mission: Failure

Recordó unas fechas como éstas, hace un año. Jugaba a ser niño, a vivir una película, un Romeo y Julieta de Fellini, con tintes de Verano Azul y sabor de película romántica francesa.
Volvía a su casa. Pasó un tiempo con su padre esa tarde, y tras ponerse un poco al día de sus vidas, se dispuso a abandonar el portal.
-Venga, (dos besos) hasta luego!
- Hasta luego.
Y justo en ese momento, salió él, dirigiéndose en la otra dirección. Disimuló en la despedida, pero la curiosidad y la rabia hicieron imposible evitar averiguar a dónde se dirigía aquel individuo, y para qué. Se sabía el nombre, se queda grabado el nombre de esas personas...
Se puso aquella música reiterante, para inyectarse adrenalina, mientras que esperaba 30 segundos para que subiera su padre arriba, y dar distancias al segundo.
Distancia: 30 metros. Velocidad media: 1'6 pasos/segundo. Piloto automático psicomotriz: Encendido.
La persecución de incógnito se inicia...
No podía creer que estuviera haciendo eso, esa chiquillada. No podía evitarlo. Una fuerza mayor interna que le instaba a averiguar no-sabía-qué de aquella persona que él sí conocía de fotografías. El otro ignoraba tal cosa: situación perfecta. No problem, dude.
¿Qué buscaba? Nada... "Para qué seguirlo, ya no hay 'nada que temer'; hmm... ag.... tengo que seguirlo, será infantil, pero si no, cuando haré esta travesura? Vamos". Lo siguió unos 20 minutos, calle arriba, cruzó una avenida, pasó un mercado que rodeó por el oeste para atravesar la estación de autobuses. "Vendrá a recojer a alguien con quien habrá quedado..." Comprobó no haber sido descubierto. Todo en orden, "proseguimos".
Rodeó la estación y se situó a 25 metros frente a la puerta principal. Perdición. Mala suposición: pasó de un lateral a otro de la estación cruzando los andenes y adentrándose en el primer parque. Un atajo. Era un maldito atajo. Empezó a correr, y a seguir 2 rutas posibles a continuar a partir de la puerta lateral. Mission: Failure.

Ya de vuelta, música excitante en los auriculares, reflexionó sobre la última media hora de su vida. Todo fue más cuidado que este precipitado texto de las cajas negras de su cabeza.

Pero de eso ya hacía un año y era un episodio cómico-absurdo. Una anécdota.

Se sabía el nombre, se queda grabado el nombre de esas personas... que tienen ese prefijo: su "ex".

3 comentarios:

aiRin dijo...

Y...me viene la curiosidad de saber del autor. Es posible? ¿qué calle tiene tus pasos acompañado solitario? Veo...que andas jodido como yo xD
PD: tb soy de las que hacen locuras, actúo y pienso, pienso en la vuelta...pero no vuelvo sola, suelen acompañarme mis lágrimas o mi sonrisa.

Kalle Eremit dijo...

Aunque como dice el texto fué hace un año, las vivencias se repiten año tras año, como a todo el mundo... Unas veces igual, y otras de manera "evolucionada", más compleja, más madurada. Mi calle fué aromatizada con la Feria de Abril hace un par de semanas ;).

PD 1: Me pasa lo mismo que tu posdata cuenta.
PD 2: si quieres, déja aquí un email y te agrego al msn. En cuanto lo haga, lo borro de los comentarios, en pos de tu privacidad :)

Anónimo dijo...
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