domingo, 31 de enero de 2010

Block out

No sabía cómo hacerlo. Se quitó de la boca el último cigarrillo del paquete, que humeaba lentamente alimentando el ambiente denso y tranquilo. La luz de la lámpara focal iluminaba parte de la mesa y la esquina del salón. El resto era oscuridad.
Se quitó la chaqueta, desabrochó los dos primeros botones de su camisa de seda tras quitarse la corbata. Levantó la tapa del tocadiscos y desplazó la aguja al borde de ese vinilo de Coltrane “A Love Supreme”.
Tras beber un poco más de su Martini blanco, cruzó las piernas sobre la mesa y fijó la mirada en el perfil urbano a través del ventanal. Siguió divagando sobre por qué no sabía hacerlo. Estuvo leyendo los textos de Marlène, “una excelente escritora” pensó.
Marlène era un chica corriente a los ojos de cualquiera. Para él, decir eso era un insulto. La belleza de ella radica en su naturalidad. De cabello cobrizo, bastaba con verla oír aquello que él le contaba en una mesa apartada en el bar para caer hipnotizado. Su postura, codo sobre la mesa y barbilla y mejilla derecha apoyadas en su mano diestra. Fijaba su mirada como desnudándole por dentro. Él seguía hablando, pausadamente, como si las pausas aumentaran el interés de una conversación que carecía quizás de importancia alguna… pero ese no es el tema. Como iba diciendo, su personalidad destruía la barrera de lo físico. “Hay que decir que un punto sí que tenía, y el físico no esta nada mal”, pensó, “pero sus gestos no me dejan esquivar su mirada…
No sabía, no sabía como hacerlo. No sabía cómo ella escribía sobre cualquier cosa. Tema libre, e imagen creativa. En sus textos podía escribir sobre cualquier cosa aunque tenía ciertas preferencias en sus escritos. No obstante, escribía al parecer de la soledad, de la novedad, del olvido, fragmentos de una novela que no existe,…
Pero él no podía. No sabía como hacerlo.

Apuró la copa, apagó la colilla en el cenicero de alabastro. Exhaló la última calada y retiró la aguja de aquel vinilo. Sacó una hoja, la pluma y el tintero. La recargó presionando el resorte, retiró los restos de tinta y se dispuso a escribir un texto sobre la última hora de su noche taciturna.

No podía. No sabía hacerlo...

miércoles, 27 de enero de 2010

"Da capo, ma con variazione"

... texto dedicado a Fran.
Gracias por tu "sabinería" y tu visión llana,
clara y auténtica de las cosas.


¿Por qué la gente tiene miedo a los cementerios? ¿y por qué sobre todo por la noche?.
Je, ¡si es el sitio más seguro que existe! ¡Todos están muertos!...
Solo hay algo que temer, pero sólo le temen los cobardes y los fracasados. Lo único que no muere es el amor verdadero.
... Y muchos pensaron que no existía... ¡Claro que existe! Difícil e incluso improbable de acertar o encontrar, pero, ahí está, lo ves, lo sientes, existe empíricamente, pues empieza y sube desde el centro de tu cuerpo, a través de una linea imaginaria interna, pasando por el corazón, hasta tu cerebro, y después, como agua de rocío, te paraliza y los nervios liberan descargas a tus poros, y la noche no existe porque el sol y la luna son uno.

Me acuesto pensando cuándo aparecerás por la estación, viniendo a visitarme porque te sobra dinero y has decidido bajar hasta aquí, aunque sea a ver a un amigo, aunque sea colateral o, ¿por qué no?, por el jodido destino que al fin hace justicia.
Son las tres y no llamas. No llamarás, lo sé, porque sueño despierto. Imagino que chocas conmigo cuando doblo la esquina hacia el semáforo de cada día, te imagino mirándome como me mirabas y me matabas, y te imagino cerca conmigo, pues ni estás conmigo, ni estás cerca...
Podría expresarme mejor, expresarlo mejor, pero ya lo hice tiempo atrás, y te llevastes las palabras que utilicé porque no hay nadie como tú, y solamente tú te las mereces. ¿Piensas que hay más, que el mundo está lleno de chiquillas, de niñas puras y banales, y cualquiera lo merece? Como tú ninguna, pero como yo te miro a ti, nadie. Habrán otros que miren a cada una, por eso no hay ninguna más para mí, porque las conexiones están hechas, y el cortocircuito no sirve contigo, porque aniquilas mi verbo con tu gesto, la rabia con tu labia, los lobos con tus ojos, la locura con tu dulzura...

"Para los demás serás lo que quieran que seas, pero conmigo eres diferente, eso lo se yo y para mí eso es lo que importa. Si consigo hacerte reír eso para mi es sobresaliente y no digo para nada suficiente [...] y sí, hoy por hoy sigo durmiendo con la puerta abierta..."


(1:48 a.m. - 13 de Agosto, 2008)

lunes, 25 de enero de 2010

Bob IV: Memoria histórica

Bob recordaba cuándo quería leer, simplemente leer, para acercarse más a ella. Continuamente se decía a sí mismo “haz ésto, haz lo otro, no seas vago, culturízate, escucha tal, escucha cual”, etc.
La literatura –fuera la que fuese, es perezoso para leer, aunque le encanta- y esos grupos de los que no tenía ni idea conformaban a sus ojos un estilo de vida interesante, atractivo. Podría decirse que “exótico” en cierto sentido.

Y es que cuando le inundó con su magia le dejó marcado. Ese tatuaje siempre le acompañará… aunque ahora está algo borroso. Será el paso de los meses… Bob agradece a esa marca el haber crecido en él interés por unos paisajes que antes ignoraba y que ahora está empezando a visitar y a oler la frangacia de sus flores.

Deseando amar, colores cálidos mezclados con la soledad de un sobrío claroscuro.


Pinceladas de tí sobre mi virgen lienzo ébrio de tu ser…

"Pause" (pre-Bob II)

Albert quedó tranquilo tras contestarse a sí mismo a la pregunta "¿por qué es así?" con "tranquilo, hay más, hay más respuestas, pero aún están por venir, sigue expectante"...
Bien, razón tenía. Todo viene y todo llega en su momento, que será más o menos idóneo según el punto de vista de cada uno. Qué curiosa es esta idea:
más o menos idóneo según el punto de vista...

Albert dedujo que aquella luz, 'María', era confusa e insegura y que la luz que él buscaba para ayudarle a iluminar su mar oscuro de ideas flotantes aún no había aparecido. Ideas que aparecen de la nada, que se unen con respuestas que flotaban ya o que surgirán.
Ahora, María volvió a iluminarle, con un adjetivo nuevo, un tinte de color que impregna su luz, que la hace engañosamente atractiva de nuevo. Engañosamente. Aunque Albert buscaba preguntas y respuestas, o comienzos y finales de frases en aquella atmósfera flotante, la luz que crecía y decrecía para ayudarle a vislumbrar su mundo era dudosa, y finalmente decidió descartarla. Ahora vuelve, y no con la idea de confianza, sino con la idea de que ahora, no hay nada que le ate a otro buscador de respuestas, a otro individuo marinero...
Albert ahora espera, paciente, cauteloso, pues necesita pruebas y actos intencionados de aquella luz que vuelve y que a él ahora mismo no le ayuda. Albert no olvida, la Memoria le permite almacenar las frases completas unidas rescatadas del mar y recordar el tiempo y la experiencia, y no olvida lo que aquella luz ocupó en su mundo...
Albert espera en pausa...

(3 de Mayo, 2008)

sábado, 23 de enero de 2010

miércoles, 20 de enero de 2010

Punto y aparte


...y el se capítulo acabó, pero el libro... sigue?
John no lo sabía, quedaba mucho tiempo para volver a su casa. Hacía frío en el barrio donde trabajaba. Calles solitarías, tranquilas, y con la ojarasca otoñal, típico de barrio residencial, sin la cual no tendría identidad propia.
'¿Y ahora qué?' se preguntaba. Vuelta a casa, o seguir viajando. ¿Simbolismo?. John tenía las ideas claras para los demás, aunque él mismo no lo compartía, porque pensaba demasiado y el agitar tanto sus neuronas le hacía verse inestable. Y en realidad, no se daba cuenta de que es lo que hace que tenga opinión y prioridades. [...] Cuando le preguntan, comienza con "no sé" porque quizá no haya pensado detenidamente le pregunta en cuestión o bien cotejaba todas las posibilidades... ¿Curioso, eh?.
John se dispuso a cojer el bus que le llevaría al pequeño y acojedor downtown de aquella ciudad costera. El río Fear se fundía con el océano tras el puente, puerta al futuro para él. Más allá, el infinito; más acá, la realidad. Paseó por aquellas calles de baldosas de color fraguado, entre puestos de flores y pequeños restaurants de "fish dishes & traditional food". Tan cálido y tan lejano al mismo tiempo. Era un extraño de la vida local, una mota que sobresale. Aquel pueblo le hizo más humano, conforme se revelaba ante él y el recíprocamente hacia la "gaia" del pueblo. John había dado otro paso más en su camino hacia la dulce muerte...


[[el pueblo, existe de verdad, en nuestras vidas, y cerca del Cap Fear o Cabo del Miedo, NC]]

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Ahora John no mira a ese horizonte que oculta nueva vida, sino al horizonte de una luz que brilla cerca de su casa... de momento concentrado, intenta descubrir el foco, entenderlo, dibujarlo... ¿un nuevo sueño?, pensó... "quizá, pero quiero vivirlo".

(6 de Marzo, 2009)

lunes, 18 de enero de 2010

Imagino...

Día de playa. Anochece.

Las luces del día se apagan por el Oeste. Los amarillos dan la mano a los naranjas y tostados, que se funden con los azules y caen hasta la mar invisible. Luces en la oscuridad en una carretera; lámparas de vagabundas barcas pesqueras allá en la lejanía inmedible. Pero aún no ha llegado ese momento, aún se divisa el arcoiris del corazón: el anochecer.
Y estamos los dos tumbados en la arena, tú a mi izquierda y yo a tu derecha, frustrados por no encontrar una medida que quite la inquietud de no saber nada del universo.
Imagino que pienso a tu lado lo increíble que es el mundo. Lo posible que es lo inimaginable. El estar allí y pensar que lo más grande lo tengo a mi lado y que el resto es fácil, que ya todo es cuesta abajo aunque sean cuestas arriba, porque me complementas y tengo el doble de fuerza. Y a la vez siento una paz y una mente en blanco de felicidad y placidez que compensa todo. Contigo todo pierde importancia.

Imagino que pienso a tu lado lo increíble que es el mundo. Lo posible que es lo increíble. Lo posible que es estar contigo.
...
Y las luces en el mar de sombras toman protagonismo en nuestra suma perfecta, nuestra presencia en un mundo por el que nos dejamos llevar. Tú te fundes conmigo, yo contigo, la arena es algodón que nos sostiene y el mar nos agradece con su sonido el volver a nuestro sitio olvidado bajo las luces de navidad blanquiazules.
Imagino lo imposible que es este mundo. Mi imaginación cae contigo al no estar tú conmigo. La luna llora. Anochecer ya pasó, Oscuridad es el temor, Ceguedad la ilusionista. Tú me guiabas, ahora surco a la deriva...
Imagino que no imaginaba, imaginaba que no podría imaginar, y contigo imaginar es soñar, es realidad.


(11 de Julio, 2008)

domingo, 17 de enero de 2010

Espiral

En un día nublado, Walker fumaba un pitillo en el porche de madera que su abuelo Tom un día construyó. En las llanuras de Texas uno puede encontrar de todo, sí, pero sobre todo soledad. De la buena y de la mala.
Tocaba su guitarra. Los ecos hacían que en su mente se solapasen la cuarta cuerda con las 5 restantes. En un bucle que no cesaba, respiraba ese sentimiento de retiro reflexivo y a la vez satifactorio.
"Un bucle..." y pensaba "¿La vida es un bucle?"... Sí, porque toques las notas que toques, tarde o temprano se oirán, se volverán a oir, y volverás a tocarlas, y volverás a oirlas, y todo conforma ese bucle, esa espiral que ni sube ni baja, sólo da vueltas en el mismo punto. ¿La vida misma? ¿El bucle? ¿eco?
¡Pero qué felicidad! Walker estaba en el 'estado 0 (cero)'. Sí, el estado 0 es el estado enque hay un salto en la espiral, y vuelve a empezar... Nada es perfecto, y puesto que es así la espiral también tiene su corte, y su vuelta al inicio del tocadiscos. Sí, en ese momento es cuando nos sentimos realmente felices por ver la vida de principio a fín, la espiral al completo, y decir "¡sí!, así es la vida, se compone de cosas bonitas, y de putadas... pero sin putadas la vida no sería vida y no habría felicidad".
¿No lo has sentido nunca? ¿Nunca has sido conciente de la vida? Si no fallas es que no lo intentas...

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Ahora trascribo un par de frases de Fiodor Dostoievski, las cuales quiero dedicar a Walker:

"Yo no puedo callar cuando el corazón me da gritos..."

"Si quieres ser respetado por los demás, lo mejor es respetarte a tí mismo. Sólo por eso, sólo por el propio respeto que te tengas inspirarás a los otros a respetarte"

(25 de Noviembre, 2008)

lunes, 11 de enero de 2010

Recuerdo que no quiero recordarte

Recuerdo que no quiero recordarte.
Que aunque no quiera recordarte,
me acuerdo de ti.
Que sin venir a cuento,
el ogro y el hada se unen,
en una danza idílica completa,
pero sin querer mirarte a ti.

Recuerdo que no quiero recordarte,
que, aunque no quiera recordarte,
en estas horas me acuerdo de ti.

Como la más potente droga,
como el traidor más traicionero.
No quiero recordarte, y sin embargo,
¿por qué estaré escribiendo ésto?

El barco zarpó huérfano,
sin patrón ni tripulantes.
…Y pensar que eras el patrón,
en vez de un simple visitante.

Esclavo de tu rumbo era,
tan elevada te veía…
Y de todo eso he aprendido,
que no quiero seguir tu estela.

Ni la rima más perfecta
ni la no buscada (como ésta),
podrán mostrar de forma tan clara,
que sin mí ahí te quedas.


De tí huyo amor mío sin ser amado.
Voy hacia un lugar que de tí me guarde.
[...]

De tí me alejo habiendo soñado,
soñado amores que llegaron tarde,
que no consumieron una llama que arde
del interior de mi cuerpo dañado. [...]

(fragmento del "Soneto del Amor Perdido",
escrito por
Juan Luna © 2005)