sábado, 5 de febrero de 2011

Insomnio

Me levanto. Pensé que eran las 8.30, como deberían ser.
Nada... miro el reloj y me quedo helado, con un sudor frío y la boca reseca,
agotado de soñar tanto, de sentir más que ser sentido.

Son la 1.48, y me quedan aún unas horas que matar,
durmiendo espero, descansando deseo, sin soñar suplico...

Me imagino que escribir de lo mismo, aunque sea de una persona nueva,
es señal de que no aprendo
a pesar del paso del tiempo,
de los días vividos,
de mis secos ríos.

Te apareces en múltiples sueños en ráfagas atemporales,
engañando a mis dos horas
creyéndome que fueron nueve;
en mi espalda solo llueve
sudor y lágrimas que te añoran.

Pero hablar de esto, parafrasear sobre lo mismo, sentir ese peso en el pecho... ya está anticuado, desfasado, desequilibrado, no vale la pena...
No vale la pena porque no compensa, porque no hallo recompensa, no hay nadie quien me devuelva el cambio, ni me de el ticket para el nuevo tren. En cambio invitan a perderte en el cuartillo de banco blanco donde sumergirte entre algunas plantas y caspa sintética (que no es mi caso, chico sano).

Huyo en coche, sigo corriendo... llego...¿tarde?. No sé, todo es raro. Giro una esquina, a la derecha. Otra a la izquierda. Y no recuerdo qué llevo en el maletero. Aparezco en la bifurcación de la carretera, donde paso y rodeo el parque junto a la estación antes de llegar a casa. Resulta que en la curva, de repente, la carretera va bajando, como en esas caracolas de los parkings subterráneos, pero esta vez como huyendo, como alejándome de ti.
Al final, recuerdo que me bajo del coche, como aliviado, en un bar (es un sueño, no es lógico). En ese bar recuerdo que casi podía manipular el sueño...
Los sueños transcurren como películas subconscientes, donde somos marionetas sensibles de unos hechos que vivimos. Actores de nuestra imaginación nocturna... hasta que llega un momento previo al despertar donde cogemos una de las riendas y hacemos que el sueño sea como queramos en el fondo que sea... y yo conseguí encontrarme contigo, y abrazarte, y decirte que las músicas que resuenan por mi cabeza y los versos indescifrables, surcan mi mente por...

Ahora son las 3.46, y me quedan a penas 4 horas de sueño.
No me importa, te veré pronto.

1 comentarios:

Abigail LT dijo...

Yo ultimamente solo sueño con Montañas de sushi.
No sé porqué...

pero prefiero eso que soñar con hombres.

Besos.

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Todo comentario y/o reflexión será bienvenida. Ahora bien, yo no te he insultado y te respeto. Espero que sea recíproco. Muchas gracias.