lunes, 11 de abril de 2011

Poema para dos

Y mirar ahí adentro,
hasta el fondo,
poco a poco mas negro,
oscuro, bien hondo.
Una oscuridad que llena,
que siendo pequeña
es estómago de ballena,
y sigue siendo inmensa;
una luz en el fondo,
oscuro y adentro,
poco a poco bien hondo.


1 - ¿Pero qué pasa si no sabes lo que es mejor para tí?
2 - Y tu lo sabes… -dijo con tono irónico.
1 - Creo que sí -con atrevida seguridad.
2 - ¿De donde saliste?
1 - De cualquier parte, de aquí al lado, de la calle de la izquierda… ¿qué mas da?
2 - (se ríe; no se cree lo que está pasando)
1 - De acuerdo -sonríe impotentemente-. ¿Quieres saber por qué te llamé y te veía aunque no tuviera nada que hacer por allí?… La primera vez que te ví… Dios, pensé "¡Guau!… La chica de los ojos verdes… No quiero estar cerca de esa chica. Confía en mí, yo normalmente no hablo así (2 le mira a 1, con desconcierto), ¡pero perdí la cabeza por tí!
2 - Para, por favor, ¡callate!
1 - ¿Por qué?
2 - Para de una vez, detente. No digas eso…
1 - ¡Tu puedes oír esto! (…) Cierra los ojos.
2 - ¿Qué?
1 - Sólo quiero que me escuches; compláceme, por favor
2 - (mira de un lado a otro, gesticula… finalmente cierra los ojos y respira hondo. "Venga, es sólo un momento" cede en su mente)
1 - No es fácil que te adoren -habla reposadamente-. A ti en particular te cuesta mucho más, lo entiendo, pero quiero que lo intentes. Tómatelo como un experimento: prometo que será todo muy bueno, dejándome que te adore. Es un "área de trabajo", y creo que tengo mucho talento.
2 - (dibuja fugazmente una sonrisa y la borra… no quiere ser vulnerable)
1 - Tu te mereces esa adoración. ¡Te la mereces! -se le escapó una lágrima, ojos llorosos, pero con total seguridad-. Y el hecho de que no lo creas no tiene nada que ver con que sea verdad o no. Es verdad para mí. Y eso es todo lo que importa…
2 - (Su rostro se relaja y se adivina una cierta alegría. La borra y abre los ojos. Le mira sorprendida. El le sonríe a pesar de todo. Segundos después, una sonrisa sincera aparece en el rostro de 2).


Y mirar como quieres retirar la mirada,
y pensar que queriendo más se escapa,
y abrazar teniendo en medio una capa
y observar como me miras impactada…

No son más que puertas cerradas;
puertas que a veces tienen un cerrojo.
¿te subes a mi espalda y te agarras,
nos impulsamos y lo convertimos en oro?.

Destruyamos cada rama en trenza,
descubramos cada espacio en sombra,
eliminemos cada cuerda que nos ata,
quitemos de tus ojos y los míos la niebla.

Despojémonos de flores marchitas,
zapatos cómodos gastados,
museos de cera, pintadas mejillas.

Tienes un juicio sin abogado,
con nueva mano en tu rodilla,
el abrazo contra los desamparados.

Con dos versos, uno más uno, completados,
escribo para una suma ya hecha, ¿apostamos?.

1 comentarios:

Abigail LT dijo...

A mí me ha encantado!

Besos Precioso!

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