martes, 27 de octubre de 2009

Nuevo

20.59. Mañana, Job se va al litoral, a ver como aquel brazo salado palpita llevando y devolviendo virutas de conchas, amasando la costa como paciente harinero del más puro aglutinante.
Hoy, Job leyó un fragmento que le hizo pensar y recapacitar sobre él:
"Creo que tienes talento y ganas, Isabella. Más del que crees y menos del que esperas. Pero hay muchas personas que tienen talento y ganas, y muchas de ellas nunca llegan a nada. Ése es sólo el principio para hacer cualquier cosa en la vida. El talento natural es como la fuerza de un atleta. Se puede nacer con más o menos facultades, pero nadie llega a ser un atleta sencillamente porque ha nacido alto o fuerte o rápido. Lo que hace al atleta, o al artista, es el trabajo, el oficio y la técnica. La inteligencia con la que naces es simplemente munición. Para llegar a hacer algo con ella es necesario que transformes tu mente en una arma de precisión.
[...] Toda obra de arte es agresiva, Isabella. Y toda vida de artista es una pequeña o gran guerra, empezando con uno mismo y sus limitaciones. Para llegar a cualquier cosa que te propongas hace falta primero la ambición y luego el talento, el conocimiento y, finalmente, la oportunidad."
(C.Ruíz Zafón, El Juego del Ángel)

Nunca dejes lo que puedas hacer ahora para después, y menos si lo quieres dejar por pereza o por miedo al arduo trabajo. Tras esa lectura, Job arrancó valor y se 'tiró al mar', para trabajar cada rincón de la habitación, con la fé puesta en las ambiciones que tenía y que el ramaje de la mala vista no le dejó ver días atrás.

(Agosto, 2008)

D.E.P. Miguel Gasent Orrua, siempre te recordaré.

domingo, 25 de octubre de 2009

Reflexiones I: Ahora (Bob)

Bob aguardaba tras la esquina, observando, bajo el toldo que lo salvaba de la lluvia. Diluviaba oceánicamente sobre aquella gris zona artesanal de la urbe. Veía el paisaje. Landscape. Como todo paisaje, la armonía obtenida de elementos de mayor y menor importancia componen a éste.
Bob sabía que debía volver a la oficina. El aburrido ambiente de la oficina... Su jefe abusaba. Bob siembre tenía horarios muy marcados -se los marcaban-, y fuera del trabajo reaccionaba igual, se sometía a horarios.
Por eso, esa mañana Bob chocó con la realidad. Allí, en un mercado nadie tenía horario. Todos tenían su propio mercado, su propio horario y su propia imagen. Todos competían por ser más atractivos al cliente que pasara por allí. Cuando el cliente seguía su camino sin comprar, como por instinto, su mente automáticamente pasaba a la busca y captura de la siguiente víctima... No importaba nada, sólo la venta; el cliente tiene lo que busca, y el tendero tendrá lo que quiere. La moneda de cambio. Todo funcionaba, como un software, como una operación matemático-logística perfecta. Los elementos se conjugaban, había una reacción química, y el resultado era el obtenido. Las operaciones que fallaban eran descartadas/olvidadas. Los elementos que no llegaban a reaccionar, también eran descartados. La operación seguía intacta, sin virus.
Pero a Bob solo le interesaba la interacción "vendedor-cliente" y la psicología del proceso de comercio. La atracción, la dependencia, y lo que eso conlleva. El tendero perdía el interés por el cliente que no le compraba, por la sencilla razón de que picó en el anzuelo de su despensa. "Ya ha caído". ¿Qué le duele más a un tendero: el ver a un cliente que ve lo que vende y se va sin nada... o el cliente que merodea cerca pero no muestra interés por acercarse?

Todo es un mercado independiente... El que se resiste es fuerte-mente perseguido hasta que cae. El que pasa por la tienda y se va sin nada, ya ha sido examinado, y no interesa al mercante. Caput. Fin de la Historia. No merece entrar en el círculo. Si entras en el círculo: o conoces la historia, o eres pienso para cerdos... Sé uno más, o sé producto de la inercia.
...
Bob apareció por la oficina... pero no tardó más de lo previsto, sino lo que fue necesario...

(21 de Mayo, 2008)

viernes, 23 de octubre de 2009

Contigo

De chico, imaginas y te emocionas, pensando en qué habrá tras la verja del patio, tras la puerta del parque cerrado, más allá del bar de la playa donde como muy lejos vas con tus padres a comer, a tapear, a disfrutar... De qué hay más allá de la calle que dicen tus padres que ya es muy lejos para ir sólo...
Cuando eres mayor, te preguntas, qué habrá tras esa carretera que nunca has recorrido, que siempre has visto desde su comienzo y se pierde entre olivos, de qué habrá en otros países, de qué habrá en tal sitio...
Ahora, ves que eso siempre está, pero que no importa tanto como antes, porque ahora, el paisaje cambia cuando estoy contigo, cuando ese contigo sí es contigo, y punto; porque cada camino tiene un color diferente cada día, y cada día es un color distinto. La playa se ve diferente. Aquel pueblo que te inspira aventura, al que llegar por la orilla corriendo o caminando, ya no importa como tal, sino que importa el recorrido en sí mismo. Un recorrido que es distinto, cada vez que lo recorro, cada vez que lo ando, cada vez que contigo avanzo... Y es que contigo todo tiene motivos, todo se disfraza y cobra movimiento. Por feo que sea el camino, contigo es distinto, contigo es contigo y no consigo.
Contigo es vida, la vida contigo.


(21 de Mayo, 2008)

sábado, 10 de octubre de 2009

Caminos contiguos (Bob III)

Hoy es el día en que rompió con una parte de su pasado.
Hoy ha sido un día especial, de los que se marcan en un calendario con rótulos y colores.

Al fin se armó de coraje y cogió el teléfono, hizo un par de llamadas para ajustar su horario y poder así liberar las mañanas para el trabajo que posiblemente obtenga tras la entrevista, en los próximos días, aún no sabe cuando exactamente. Pasó algunos datos, buscó títulos, certificados, consiguió una plantilla de un currículum vitae para docentes y la adaptó con sus datos, cursos y demás puntos de experiencia que había ido consiguiendo a lo largo de su vida.
Anoche escribió un email al profesor que iba a dejar la escuela mostrando su interés en la futura plaza vacante adjuntando su currículum actualizado. Por la mañana ya tenía a primera hora una contestación en la bandeja de entrada: el primero en la lista de sustitutos. Este año trabajará sin duda, aunque no se sabe si tardará unos días, una semana o un mes en incorporarse.

La respuesta a su email con la confirmación más satisfactoria que uno pudiera tener, fue revelador para Bob. Hoy no iba a ser un día cualquiera.
La noche anterior Bob asistió a una fiesta. No fue gran cosa, muchos invitados se ausentaron y el ambiente no era lo que se llamaba una “fiesta”. Una charla con uno de los presentes y vuelta a casa. Sólo hubo una anécdota a destacar y fue al principio de la velada.
Al llegar, la anfitriona, amiga de una de Las Luces de la Vida de Bob, le recibió. Acto seguido pasaron a la cocina donde prepararon unos cócteles, quizá una manera más fácil de conocer a todos los desconocidos que estaban en la fiesta. Antes de que Bob abandonara la cocina para ir al salón, Ami le contó una anécdota sobre cuando la última Luz de su Vida y ella observaron a Bob cuando éste estaba mostrando Armonía sin que lo supiera. Bob sonrió tímidamente –pero infantilmente por dentro- al oír dicha historia. Recordó cuando Mairim, la última Luz, se la contó una de las noches en que se vieron, tiempo atrás.

Esta mañana se sintió diferente. Un impulso, leve, que no sentía ya, volvió dándole una fuerza adicional que utilizó volando en su bici por las calles, buscando un camino que concordara con aquella sensación. Volvió a casa sin respuesta alguna.
Antes de caer el sol lo vio claro: todo iba a cambiar. Tenía que cambiar. Era hora del punto y aparte. Se puso unos vaqueros, la camiseta azul con el dorsal de los Colts de Indiana y condujo su bici a una tienda de discos en el centro de la ciudad. Buscó uno de los discos de su grupo preferido, ese grupo que descubrió realmente este año gracias a ella, que supo infundarle una de las más bonitas maneras de escucharlos y sentirlos. Sin dudarlo se dirigió al stand de la R en rock internacional y cogió el “Amnesiac Collector’s Edition” editado en una cuidada caja de cartón de centímetro y medio de grosor tapizada con tela roja y un dibujo moderno pequeño diseñado por el líder de la banda. Fue al cajero y pagó su inversión. Salió y se montó de nuevo en su bici, volviendo por la carretera... pero dando una vuelta.
Antes giró a la derecha por una calle adoquinada. Giró a la izquierda, a la derecha, y otra vez a la izquierda. Paró y se sentó en un banco, frente al Gran Vigía. La vista monumental era preciosa y tranquilizadora. Observó a turistas parados contemplando tal majestuosidad, y los carros de caballos parados mientras estos últimos reponían fuerzas. La fuente refrescaba el ambiente desde el centro de la plaza… Allí recordó la primera vez que se vieron ella y él. Ella le invitó a acercarse a los pies del Gran Vigía, y pegar el cuerpo, abriendo los brazos en cruz, mirando hacia el cielo, el otro cielo, el nocturno. “Así da vértigo, ¿verdad?” le dijo ella lijeramente emocionada. Mucho tiempo después (demasiado piensa Bob) se dio cuenta de que fue el intento de acercamiento más claro que un “ciego que veía” tuvo frente a a sus ojos. Recordó ese momento con añoranza, y también aquel otro en que esperaba en el mismo sitio donde ahora estaba sentado a que terminase de trabajar ella para ya de madrugada recorrerse los dos el centro, como si el cansancio de Mairim hubiese desaparecido de repente.

Con ese disco Bob quiso cerrar una puerta, ponerle un rótulo, y dar paso a la siguiente habitación, con otras ventanas, y otras historias que están por venir. Nuevo trabajo, nuevas esperanzas, y una vida que sigue ahora con las riendas mejor sujetas.
La última Luz está ahora lejos, aunque la huella que dejó sigue dentro de su corazón. Sólo el futuro sabe cómo Bob seguirá andando por los caminos aún por descubrir… o retomar aquellos que no cruzó jamás.


(9 de Octubre, 2009)

viernes, 9 de octubre de 2009

Desidia (Bob II)

Job dejó otra vez la oficina, vacía, en el descanso de 20 minutos para almorzar. Pero él no iba a almo zar. Ello era insignificante ante los acontecimientos que él veía de vez en cuando. 'Como revelaciones' pensaba.
Y vio como aquél grupo de amigos reían y parecían felices. Analizó la situación como un frío psicoanalista: risas 100%, diversión 80%, relación entre ellos 90%, timidez 10%, contacto físico sin vacilar... Pero le pareció como las derivadas de una ecuación, y en lugar de eso, por su cabeza pasaba la idea de que ellos tienen una relación amistosa como siempre Job ha querido: risas, problemas, encuentros morales, pero que hacen de sus vidas una vida enriquecedora, donde los pros y los contras se combinan perfectamente para ser feliz consigo mismo y con los demás, para poder estar. La confianza que tienen -y que envidia Job- le irrita a veces, porque, la desea, porque pocas veces ha tenido tanta confianza con alguien como para sentirse suelto y abrazar sin dudar a quien sea, o besarle por puro amor amistoso, o darle una palmada en la espalda o un empujón bromista sin que ello le suponga preocupación del 'qué pensará y si ha sido un exceso de confianza'.
¿Todo ésto? ¿Es resultado de demasiado tiempo encerrado entre las 6 paredes (4 + techo y suelo) de su oficina? Sí, seguramente. En un 70% es por aislamiento involuntario, que cada vez te retira más en el tiempo del exterior y como consecuencia, pierdes práctica, como un atleta de vacaciones, como el que no hace malabares durante meses... El 30% restante, es por puro esfuerzo, porque seguro que del tiempo que ha trabajado, lo poco que podría aprovecharlo para 'practicar' un poco, no lo ha hecho, pero Ay! amigo!, aquí no hemos contemplado el margen de error, por estrés... un 5%...
Job volvió tranquilo... Él tenía claro lo que pensaba, y estaba triste por sentirse raro, por sentirse humano sin humanidad, corazón con sentimientos atrofiados... Pero las vacaciones de Job vienen pronto. No tiene planes aún, pero ve lo bonito que es el paisaje hoy a su alrededor, y quien sabe si pronto será uno más de ellos, o volverá a estar encendido tras meses en standby...

(9 de Junio, 2008)

jueves, 8 de octubre de 2009

Albertmariado (Pre-Bob I)

Albert buscó una razón, o una palabra que rellenase el hueco de la respuesta correcta a la pregunta "por qué actúa así?":
En su mente se removían ideas inconexas, comienzos y finales de frases que no conseguía unir. Poco a poco, algunas de ellas, tras reflexionar, cobraron sentido y encontraron su unión. Pero algunas mitades quedaron perdidas, suspendidas en el espacio, esperando la aparición de nuevas continuaciones, como si de pompas que explotan y se dividen o liberan fragancias se tratase...

María, una chiquilla graciosa y divertida, apareció entre aquel halo que flotaba, una luz entre la penumbra, que aclaraba el camino, o que podría aclarar al menos el entorno un poco más, definir más el paisaje. A veces esa luz brillaba más, otras menos, otras vibraba, oscilaba en intensidad, se movía. Aquella luz robaba la atención, no era una luz como otra cualquiera, o al menos, no era de las típicas bombillas.
Pero en algún momento de aquel paréntesis en la sopa de letras, se difuminó, no se diferenciaba de corchetes, 'ces' invertidas, o meros jirones de humo. Vacilaba entre la nitidez y la fusión en el ambiente, como si de un túnel que recorriera sola para alejarse. Una amplificación del efecto de desvanecerse y nacer otra vez, y desvanecerse, y nacer otra vez, y desvanecerse...

Albert pareció divisar gracias a los pocos flashes algunas nuevas desinencias para aquellas raíces y así completar su lenguaje interior. Pero tras observar esas respuestas... vio que algunas de éstas sirvieron para nuevas ideas que surgieron de la nada. Aunque no completó aquello que ya tenía, puedo resolver nuevas premisas que surgieron en aquel entonces. Su mundo no era como pretendía que fuese, pero si se definió de forma inesperada y bella a la vez...
La luz que se alejó, volvía al baile que llamó la atención de Albert, una y otra vez, y otra, y otra... pero Albert reaccionó de forma diferente gracias a las nuevas ideas, y la luz cayó en sus iluminadas dudas, como una más, que algún día encontrará su guión que le unirá a una definida respuesta, a aquel hueco que ahora perdió importancia...

(28 de Abril, 2008)