viernes, 25 de septiembre de 2009

...Dejó de escribirle.

Bob no aguantó más. No podía creérselo. Niño perdido, desorientado. Dijo para sí: "Dejo de escribirte. Dejo de escribirte, porque cada letra nueva que te doy son como venas que siguen conectándose contigo y se acabó, no puedo conectarme contigo. Me estoy inyectando, queriendo, veneno al que soy adicto"...

El mar viene y se va, removiendo las partículas de arena, cada grano de concha erosionada con tanto vaivén. Que me lleve, y que no me devuelva en mucho tiempo. Hastiado de una misma playa, el cangrejo busca otra orilla, más allá.
Las puertas están cerradas.
Claustrofobia emocional.
Sí, sí, aquí. Fuera de aquí, no volver más.
¿Te arrepentirás?
Vuela, vuela, tu sabes volar, no pierdas el avión que de ver tan harto estás.
Soñar, dibujar, volar....realidad.

"Vamos, vamos.
¿Crees que puedes llevarme a la locura?
Vamos, vamos.
¿Tú y su ejército?
Tú y tus compinches.
Vamos, vamos
Santo Imperio Romano,
Vamos si lo crees
Vamos si lo crees.
Usted puede hacerse cargo de nosotros
Usted puede encargarse de nosotros.

¿Tú y su ejército?
Tú y tus compinches...

Olvidas tan rápido...
Cabalgaremos esta noche
Ginetes Fantasmas."

(Thom Yorke "You and Whose Army")


(28 de Abril, 2009)

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