Ese tren que no vuelve,
ese ticket de un show suspendido,
una entrada en la agenda,
apuntada, pero que no acierta.
No retirar lo que se ha dicho,
lo dicho queda impreso en el tiempo,
un futuro cual mecha va quemándose,
cual barco hundiéndose para encontrarse,
inevitablemente en el presente.
Novia cadáver,
papelina sin tabaco,
opio marchito,
falsa historia sin abogado.
Y me pregunto a veces
por qué me empeño en apostar
a favor de una mínima esperanza;
sonrisa despistada en un mundo de viudas,
que con certera paciencia,
matan a sus protagonistas.
Y me pregunto (otras veces)
cómo resistes tanto tiempo
clamando y claudicando,
afirmando y mintiendo,
prometiendo – y ausentándote,
viniendo – y quedándote.
Lo más gracioso de todo
es que al fin la risa viene a mis puertas,
la mejor de las conversadoras,
el buen vino para la carne indigesta.
No te creas que el vinilo empieza de nuevo,
mas pon tú la aguja en el borde,
que mi respuesta puede ser “forte”;
sigue perdida -pero buscándote- en tu gallinero.
5 comentarios:
Yo un día más...pasaba por aquí...
de vino solo entiendo de beberlo
y de gallinero nada...que me pican las gallinas.
Besos!
Gracias por darte una vuelta :)
Cada vez me gustan más tus poemas. Lo dicho, me quitas el puesto.
Un abrazo.
Muy alagado me siento Juan Luna :) Creo que voy a optar por exprimir más esta faceta visto el éxito. Un abrazo y te veo pronto!!
Yo soy un ente pasmado que escucha pyramid song por las páginas blogueras... :)
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