Y ahora te paras y observas. Sí, tú, Bob. ¿No te das cuenta? –le replicaba Luna-. Mientras tu sigues lamentándote y reforzándote en el ‘mañana empiezo seguro’. Hablabas ayer sobradamente del mañana con gente que ya voló. Gente que ya se encarriló en el convoy y tu sigues diciendo ‘mañana’. Has comprobado hace segundos que ya volaron y algunos mucho. Volar de fantasear no, de caminar allá a lo que para ti es lejos en este momento.
Deja de divisar tierra y nada. No pienses, actúa… Quita el yeso y no creas que todo es caliza, quita la ceniza y despeja los surcos, limpia y aclara el sendero. ¡ACTÚA!
(12 Septiembre, 2008)
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Mañana...pero ¿de quién es el mañana?, ¿quién decide cuándo debe ser ese mañana?
ResponderEliminarEn mi aún hoy estoy descubriendo algo, y es que no se debe tener prisa en nada; que es mejor caminar lentamente, siguiendo eso que se quiere, desde lejos o desde la ventana que tú quieras, pero confiando, pisando fuerte y sin mirar las estatuas de sal que dejamos en el pasado.
La presión es sólo un concepto, no una aplicación matemática.
Tu mañana es tu hoy y tu hoy ya gime canciones redondas. Tu mañana debe ser eterno, para que así nunca dejes de ser tan soñador, tan exigente. Porque siempre tenemos que tener presentes un mañana, una esperanza, una ilusión.