28 de Marzo
A pesar de que se presente esa nube negra que ha pasado por distintos estados en muy poco tiempo, tengo en cuenta que rezas para que los trenes se equivoquen de estación, pero has hecho lo que debías, las medias tintas para los cobardes.
Para la gente como nosotros la carrera no termina hasta que no hemos cruzado la meta una seis o siete veces.
No digo que resucites en ese viaje pero empezarás a estar poco menos muerto. Cuando se propone algo que le interesa de verdad se echa hacia hacia delante, igual que si de ese modo le ganara medio metro a la duda.
Lo bueno de las cosas imposibles es que te permiten buscar alternativas, y yo tengo una: vámonos a aquel sitio donde se iluminan los sueños a las 2 de la mañana.
Por la mañana quizás no son tan amigos, pero no por nada, sino porque sencillamente no van a la misma velocidad. Las cosas hasta el final, que no tengas que decir que tu conciencia es dos tallas mayor que tu fuerza de voluntad.
Otra gente tiene siempre algún sermón en la boca y algún culpable en su lista, pero yo siempre he preferido hundirme con mis colegas a regañarles desde la orilla mientras se ahogan. Tal vez porque con los años he desarrollado la tolerancia característica de los que tenemos mucho que callar y ninguna gana de prohibirle nada a nadie nunca. Parece mentira que estando tan claro haya gente que no lo entienda.
Para los buenos amigos, claro...
(Carta a Bob, por un sabinero almeriense)
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