Y me levanto, y tengo esa sensación agridulce de despedida
y me levanto, y noto que mis tripas están medio vacías;
y me levanto, y noto esa nostalgia de la mano que no sostiene ya a otra
y me levanto, y mi cabeza sigue en tu música, cuando ya ha acabado y he de seguir con la mía…
Me levanto con el último recuerdo de que compartíamos un avión.
Unas ancianas volvían por su equipaje (no preguntes qué sentido tiene). Acto seguido, tras dejarlas pasar a sus asientos, seguimos el camino hacia proa y después salir a la sala de llegadas. Una vez me recibieron mi cabeza olvidó que ibas detrás de mí. Añade un poco de agridulce a mi sensación, por favor. Como ves, es otro maldito sueño.
Parecíamos dos mitades irregulares que encajaban a la perfección, como la parte negra y la parte blanca del yin y del yang.
Y me levanto con el estómago vacío,
y el único remedio que ahora encuentro
es rellenarlo con un buen desayuno.
Mañana nos veremos, de nuevo, en el almuerzo...
2 comentarios:
Me gusta a pesar de que me duela el estómago...
será el vacío.
Un beso de Mariposa... Lindo!
Gracias bonita! :) Ahora tengo otra vez el estómago vacío... toca tallarines al estilo pekinés, jeje
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