domingo, 24 de octubre de 2010

Tarde de domingo

- El atardecer me trae nostalgia.
- ¿Por qué?
- Es como el fundido en negro de una película, como si algo pudiera seguir pero no nos toca mirar - el obturador de esa cámara se cierra.
- Ah...
- A otros les parecerá romántico. Yo aún no le veo ese punto, oye...
- ¿Hablas de que estás triste?
- No, he dicho que-, bueno vale, puede que lo esté, o mejor dicho, no soy feliz -dijo con rotundidad.
- Humm... Ya veo... ¿qué planes tienes para esta tarde, pues?
- Salir a dar una vuelta, a purgar algunos sentimientos.
- ¿Cómo? ¿se hace eso?
- Saliendo a que te dé el aire, andando un poco más tu camino. Paso a paso todo queda atrás. A veces quieres llorar de tanta nada, de tanto vacío, aunque el vaso realmente no lo esté (del todo). 
- Comprendo...


Dos barcos que van aumentando la distancia entre el estribor de uno, babor de otro. Uno continua su trayecto, el otro se desvía, rectifica, o desvaría. Incluso el que continua se plantea si el palo de mesana está bien tenso, o el timón se ha quedado atorado. 


Ambos barcos siguen andando, dejando atrás las ondas del trayecto. 
Uno avista al otro, navegando a lo lejos, su silueta disminuyendo.
El otro desvió su catalejo, a una zona ajena ahora el primero.
Y yo me pregunto por qué. ¿Estarán huyendo?.
Tras sus quillas el mar ondulado va cerrando sus senderos.

2 comentarios:

Abigail LT dijo...

Me gusta.

http://lasinquietudesdemidori.blogspot.com/

Kalle Eremit dijo...

Gracias por tu voleteo :)

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