En el miedo a perder, la inseguridad se pone una coraza defensiva para aparentar ser su opuesto. [...] lo identificamos vestido de orgullo, soberbia, impaciencia, agresión, ira, autoritarismo, fanatismo y toda su corte de afiliados.
El miedo a enfrentar, en el papel de víctima se disfraza de pudor, timidez, susceptibilidad, cobardía, indecisión y todas las tonalidades de auto destrucción e inferioridad.
El miedo a ser abandonado trae consigo los celos, la posesividad, la vanidad, la sobreprotección, la baja autoestima, y la necesidad de manipular.
Y el miedo a la muerte porta muchas caretas, entre ellas: la desconfianza, la tacañería, los apegos, las fobias, la rebeldía, y la histeria.
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Hace 3 meses
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