Caminar al otro lado de la discontinua.
El mundo haciéndose trizas,
nadie a nuestro lado,
ni tú,
ni yo,
ni nadie.
Sálvese
quien
pueda.
En un castillo de naipes
precipitándose sobre nuestras cabezas.
Cable a tierra;
si hay un rayo que nos pille
con el trifásico
conectado.
Pedir agua cuando ya no hay sed.
Tener sed cuando ya no hay agua.
Mirada quebrada a un no inesperado.
Un sí que resuena en anhelo.
Miradas de escaparates,
bolas de nieve, souvenirs de los sueños,
la nieve llueve sobre un recuerdo de cristal
inerte, inexistente.
Relojes internacionales,
cada uno con su hora,
segundos iguales,
horas, momentos, dispares.
y seguir caminando,
al otro lado de la discontinua.
El mundo haciéndose trizas,
miras al otro lado,
nadie.
Ni tú,
ni yo,
solo paisaje.
Hania Rani: Moans
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